Así comenzó un camino lleno de nuevas experiencias: asumiendo que no sería fácil.
En un abrir y cerrar de ojos estaba en uno de los países más competitivos pero según mi experiencia, el que nos ofrece las mejores oportunidades.
Comenzamos a tocar puertas, bazares, expo-ferias, salones de belleza, boutiques y más, para dar a conocer el talento de diseñadores venezolanos que aún seguían luchando por sacar adelante un país. Iniciamos con bisutería y accesorios de unas grandes amigas y diseñadoras de Barinas (estado venezolano), Yorlyza, Yorly Zambrano y Maritza Sorondo, y así como ellas fueron llegando marcas que se seguían sumando y creyeron en mi visión de siempre crecer en equipo.
Muchas personas creyeron en «Sin Fronteras» y lo que estaba detrás de ese nombre, que es mucho más que una simple tienda de ropa.
Sin Fronteras representa una parte de lo que nos ha tocado vivir a cada venezolano al dejar a nuestro país, familiares y amigos. Conseguir las mejores oportunidades en la adversidad es lo que hemos demostrado y ha traspasado fronteras, dando de qué hablar en todo el mundo, y seguimos triunfando desde nuestro rincón ayudando a miles de familias que hoy dependen de nosotros.
Y lo mejor de todo es que hemos servido de ejemplo a muchas personas de distintas nacionalidades en que en la unión está la fuerza!!